“Existe un misterio muy grande que, aun así, es totalmente cotidiano. Todas las personas son partícipes de ese misterio, todos lo conocen, pero solo unos cuantos piensan sobre ello alguna vez. La mayor parte de la gente se limita a tomarlo tal cual, y no muestra el menor asombro. Ese misterio es el tiempo”
“Momo”, Michael Ende
Al nacer recibimos un gran tesoro, el tiempo. Viene de serie, y quizás por ello no le solamos atribuir el valor hasta que percibimos que nos queda se nos agota. Cada segundo que pasa vuelve ni por todo el oro del mundo.
¿Sabías que en occidente las personas vivimos una media de 82 años?…eso significa unos 30.000 días. Así en días, no me parecen tantos…
Después de conocer estos datos, quizá no esté de más replantearnos que hacemos con ese tiempo y que nos gustaría hacer verdaderamente con él.
Reflexionar sobre por qué tenemos la sensación de que se nos escapa o que nos falta para las cosas importantes como:
Encontrar nuestro propósito de vida si no lo hemos hallado aún, escuchar, jugar, reír, abrazar, besar, bailar, pasear, descansar, cultivar, cocinar, compartir, participar en actividades comunitarias o de voluntariado, mover el cuerpo….
Actividades orientadas a reestablecer las conexiones perdidas con nosotros mismos y con los demás.
Imagina que esta mañana al despertar naciste a la vida, y que tienes un día entero para vivir una vida en miniatura, así que naces a una nueva vida cada 24 horas. Esto significa que lo que hoy no hagas, sientas, expreses, experimentes…..ya no tendrá lugar en esta vida.
Si lo vemos desde esta perspectiva merece la pena parar y reflexionar sobre:
1. Qué es lo prioritario para mi bienestar, que quiero que se materialice en mi vida. Como dijo Séneca:
“No hay viento favorable para el que no sabe dónde va”
2. Cómo proteger mi tiempo de los innumerables ladrones que acechan y que me impiden hacer lo importante, lo que deseo que se manifieste.
Debemos tener presente que los ladrones de tiempo se cuelan imperceptiblemente en nuestro día a día. Paso a paso, sin que nadie lo note se adueñan de la vida.
Saben pasar desapercibidos, uno se limita a pasar la vista sobre ellos sin verlos, trabajan en la clandestinidad y cada día son más.
Parecen inofensivos, algunos resultan agradables, otros son estresantes, pero si hay algo que suele caracterizarlos es la incómoda sensación de pérdida que dejan a su paso.
Esta es una pequeña muestra de archiconocidos ladrones de tiempo que parasitan la vida de una gran parte de la población. Redes sociales
· Televisión
· Jefes que no paran de aumentar la carga de trabajo
· Emails que no paran de entrar
· Reuniones espontáneas
· Compromisos familiares
· Tareas domésticas inespecíficas
Hay muchos más, cada persona puede identificar si hace un ejercicio de autoindagación los suyos particulares.
Una vez que hemos tomado consciencia y hemos reconocido estos coladeros de tiempo, minimizarlos o eliminar los que más nocivos es cuestión de tomar decisiones, de priorizar.
Este cuadro es la matriz de Covey, una magnífica herramienta que nos puede ayudar enfocarnos en lo que es realmente importante para nosotros (tanto tareas importantes y urgentes, como importantes y no urgentes) y direccionarnos para conseguir nuestra meta u objetivo.
“Haz lo que cuenta y deja de hacer lo que no conduce a ningún lado, no es prioritario o puede delegarse en otras personas”
Las tareas no importantes pueden ser delegadas en otras personas, eliminadas o pospuestas para más adelante.
Hacer esto te va a liberar y permitir:
· Dejar de hacer lo que no suma para alinearte con tu objetivo
· Empezar a hacer lo que verdaderamente cuenta
Te propongo un pequeño juego:
1. Identifica al menos dos ladrones de tu tiempo.
2. Elige dos tareas que suelas hacer que no son importantes y podría hacer otra persona en tu lugar (delega), o que podrías evitar hacer.
De esta forma ahorrarás ese tiempo para invertirlo en tu o tus propósitos.
Además de los que se te ocurran que serán perfectos, porque probablemente sean los que necesitas, me voy a permitir la licencia de lanzarte algunas ideas para aumentar tu bienestar físico, psíquico y emocional:
· Planificar un menú saludable
· Cocinar y compartir la comida
· Agradecer lo que tienes y lo que eres
· Realizar juegos de equipo al aire libre
· Tomar baños de bosque o Shirin yoku
· Meditar
· Disfrutar del silencio
¡Para llevar una vida auténtica hay que tener tiempo, prioriza la vida!
Desde mi mapa….